Te despiertas como cada mañana. Te estiras, bostezas y te despides de la cama para empezar un día como otro cualquiera. Primero sacas el pie derecho y luego el izquierdo para colocarte las zapatillas. Te pones en pie dispuesto a afrontar la jornada y lo notas. ¡Ay! Un dolor terrible, punzante y muy desagradable en la planta del pie, especialmente, en la zona del talón. Instentas sobreponerte al susto y andas, pero pronto empiezas a cojear porque notas rigidez y no soportas poner el pie en el suelo. De hecho, incluso pisas de forma inadecuada para evitar el dolor.
Lo primero que piensas es que te has clavado algo en pie. Lo siguiente que se te viene a la cabeza, cuando ya es un dolor más soportable tras un rato de actividad y una taza de café por delante, es que tienes que llamar al podólogo.
Esta situación ficticia la han vivido un elevado número de personas en España con Fascitis Plantar, un problema común entre deportistas y personas con sobrepeso, que produce síntomas como los descritos. El más notable de todos es ese dolor lacerante en la zona del talón.
Este tipo de fascitis consiste en una inflamación de la fascia plantar, que es una banda de tejido elástico que une el talón con la parte del antepié y que está sometida a las tensiones estáticas del propio peso corporal y dinámicas de apoyo, que se dan al andar o hacer deporte. La fascia contribuye al correcto mantenimiento del arco plantar y se inflama cuando las tensiones que soporta son excesivas y se dan de manera constante -por ejemplo, durante la práctica del running-.
Entre otros, algunos de los factores de riesgo más comunes son:
- El sobrepeso.
- Falta de longitud en el sóleo.
- Los pies cavos.
- Deportes de impacto y muy repetitivos, como la carrera o el pádel.
- Calzado inadecuado, calzados de seguridad, tacones altos, suelas rígidas…
Tratamiento
Una de las características de la Fascitis Plantar es que el dolor suele ser más intenso por las mañanas o al iniciarse la actividad tras un descanso. Esto se debe a que la fascia sigue la misma lógica que los músculos cuando aumenta la temperatura: se contrae con más fuerza y se relaja con mayor rapidez, es decir, pierde rigidez y mejora su elasticidad al ‘calentarse’.
Pero, ¿tiene tratamiento la Fascitis Plantar? La respuesta es que sí, pero requiere tiempo, paciencia y la mejoría no es inmediata. Los podólogos calculan un periodo de recuperación de entre 3 y 6 meses una vez superada la fase aguda, pero puede alargarse en función de la edad, la actividad del paciente, el calzado empleado o la presencia de otras patologías.
No obstante, como medidas terapéuticas los podólogos recomiendan:
- Acudir al podólogo para que realice un diagnóstico firme y descarte otras patologías que puedan presentar síntomas similares.
- Estiramientos de la fascia plantar y la musculatura posterior de la pierna.
- Con el pie afectado, hacer ejercicio de rodillo con una botella de agua congelada en la planta del pie.
- Sentado en el suelo y con las piernas por delante, estirar con cuidado la punta de los pies con una banda elástica.
- Emplear calzado con una suela ni muy blanda ni muy rígida, que no tenga tacón ni sea totalmente plano. Una opción adecuada son los zapatos cerrados con cámara de aire.
- Utilizar plantillas personalizadas que modifiquen la posición del pie o compensen las alteraciones producidas por la fascitis. El podólogo es el profesional capacitado para diseñar este tipo de plantillas.
En cualquier caso, desde el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía recomendamos que, ante cualquiera de los síntomas descritos, acudas al podólogo para obtener un diagnóstico completo de la situación de tus pies y recibir pautas para abordar el problema. De este modo, podrás prevenir que la fascitis se convierta en una patología crónica.