Como podólogos, nos encontramos a diario con pacientes que buscan soluciones para mejorar su comodidad al caminar, correr o simplemente llevar a cabo sus actividades diarias. Otros pacientes poseen problemas biomecánicos, como una pierna ligeramente más larga que la otra, alguna malformación o tipo de lesión que afecta a su manera de pisar.
En estos casos, la misión del podólogo es proporcionar un tratamiento integral y personalizado para abordar estas necesidades individuales. Uno de los recursos más efectivos y adaptados que se pueden ofrecer son las plantillas, que se diseñan específicamente para cada paciente, con las siguientes funciones:
- Corregir la postura.
- Redistribuir el peso.
- Mejorar la biomecánica al caminar.
¿Qué son las plantillas?
Las plantillas son dispositivos diseñados para adaptarse a la anatomía única de cada pie. A menudo, los pacientes tienen la creencia errónea de que los efectos de unas prefabricadas de ortopedia o farmacia tienen las mismas cualidades que las diseñadas por un podólogo, pero nada más lejos de la realidad. Para que estas cumplan su función y no agraven problemas biomecánicos preexistentes, deben estar diseñadas por un podólogo.
Cada pie es único, al igual que las necesidades de quienes las llevan. Por este motivo, los podólogos las confeccionan tras un análisis biomecánico, es decir, un análisis exhaustivo de la pisada y otras propiedades del pie, que considera las particularidades de cada paciente y buscan restablecer cuestiones como el equilibrio y la funcionalidad. Es decir, no sólo ofrecen soporte a áreas problemáticas, como el arco o el talón, sino que también pueden corregir desalineaciones y mejorar la postura al caminar o correr. De este modo, los pacientes pueden desenvolverse con mayor comodidad y seguridad en su día a día.
Dispositivo adaptado
Para los atletas y entusiastas del ejercicio, las plantillas personalizadas pueden marcar una gran diferencia en el rendimiento. Al corregir la postura y mejorar la distribución del peso, contribuyen a una pisada más eficiente, reduciendo la fatiga y mejorando el desempeño deportivo.
Tras el análisis biomecánico y de la marcha, el podólogo elabora un molde con espuma fenólica, yeso o en 3D. El siguiente paso es seleccionar los materiales, espesores, descargas y geometrías, entre otros elementos, para personalizar al máximo el dispositivo. Una vez fabricado, el paciente prueba su eficacia y se realizan los ajustes necesarios para poder integrar las plantillas en los zapatos que se emplean más comúnmente en el día a día.
De este modo, las plantillas ofrecen un enfoque personalizado y efectivo para mejorar la salud y el confort de los pies. Ya sea para prevenir lesiones, aliviar molestias o mejorar el rendimiento, estas herramientas son una inversión en la comodidad y el bienestar a largo plazo. Recuerda: la clave está en buscar orientación profesional para obtener plantillas que se adapten específicamente a tus necesidades, garantizando así los mejores resultados.