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Llegan las vacaciones y unos de los lugares preferidos son las playas, pero este lugar no está exento de peligros para nuestros pies. Además del riesgo continuo que supone el mar, presentan otro peligro: las medusas.
En los últimos años, ha ido aumentando de manera alarmante el número de medusas que llegan hasta nuestras costas debido al cambio climático; clasificándose a veces como una plaga y haciendo que aumente el número de casos relacionados con las picaduras de medusa, tanto en el agua como al pisarlas en la orilla cuando ya están muertas o incluso en fragmentos; ya que incluso así y fuera del agua, las células urticantes continúan activas durante unas 24 horas.

Las medusas son invertebrados cuya composición es agua en un 98%, carecen de cerebro y la boca se abre en una cavidad única, que compone la totalidad de su aparato digestivo.
Se desplazan arrastradas por las corrientes marinas, con algún movimiento de contracción y estiramiento, siendo su vida media de apenas unos 8 meses.
Poseen unos tentáculos con cápsulas punzantes, repletas de un líquido venenoso urticante, que lanzan mediante un filamento al contacto con la piel e inoculan el veneno.
La picadura de medusa desencadena una reacción tóxica que puede ser localizada y/o sistémica, dependiendo la gravedad de la picadura de la especie, provocando frecuentemente lesiones dermatológicas.
Estas picaduras provocadas por los tentáculos dejan en nuestra piel miles de aguijones diminutos llamados nematocistos; dichos aguijones pueden seguir segregando (o “disparando”) veneno de medusa al contacto con nuestro pie.

En el momento de la picadura, en la zona plantar del pie; al pisar la medusa se siente como un fuerte quemazón, similar a un calambre eléctrico, que evoluciona a eritema y edema.
Las personas que han sido picadas anteriormente están sensibilizadas, por lo que una segunda picadura puede producir una reacción más severa.

  • SÍNTOMAS LOCALES
    • Prurito o picor
    • Escozor
    • Ardor
    • Dolor agudo y punzante
    • Inflamación de la zona
    • Enrojecimiento o eritema
    • Ampollas o vesículas que pueden dejar cicatrices
    • Sangrado o hemorragia

 

  • SÍNTOMAS GENERALES
    • No suelen ser frecuentes.
    • Náuseas
    • Vómitos
    • Disnea
    • Impotencia funcional
    • Fiebre
    • Escalofrios
    • Agitación
    • Cefaleas
    • Calambres o espasmos musculares
    • Shock anafiláctico

ADVERTENCIA
Desde el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía recomendamos que tras sufrir la picadura de una medusa, acuda primeramente a los servicios de socorro ubicados cerca de la playa. Ellos están preparados para actuar ante este tipo de situaciones que pueden incluir un shock anafiláctico.

TRATAMIENTO

  • Lo primero de todo, olvídate de los remedios caseros como la utilización de orina o la aplicación de amoniaco para curar las picaduras de medusa .
  • Retira cualquier resto de la propia medusa que haya podido quedar en el pie con las manos bien cubiertas por una toalla o guantes.
  • Evita frotarte la zona afectada con arena, una toalla o incluso las manos. Esto empeoraría la lesión.
  • Inspecciona bien la planta del pie y utiliza unas pinzas para eliminar cualquier resto de la propia medusa (como los tentáculos) que haya podido quedarse adherido a la piel.
  • Lava la zona afectada del pie con agua salada o suero fisiológico. No es conveniente limpiar la zona con agua dulce, puesto que ésta podría romper las células urticantes que la medusa ha depositado en la picadura, reactivando la toxina y sufriendo una lesión mayor.
  • Aplica frío durante 10-15 minutos en la zona, pero no directamente el hielo, hazlo con una bolsa de plástico, gracias al frio lograremos frenar esa sensación de prurito intenso y dolor tan desagradable.
  • El profesional sanitario prescribirá un tratamiento tópico con corticoides para aliviar el picor y deberás tapar la herida del pie con una gasa para protegerla del agua , el sol y la arena; además del roce del zapato, que según su localización, será recomendable usar un calzado abierto que permita la transpiración de la sudoración del pie, pero que a la vez esté sujeto y que resulte cómodo, con el fin de tener el menor roce posible al andar y evitar que la herida se sobreinfecte.
  • Deberás realizar las curas de la herida cada día, entre 5 y 7 días, según te paute tu podólogo, hasta su total cicatrización.
  • Tu podólogo o podóloga podrá prescribirte un tratamiento antiinflamatorio oral si la inflamación local es intensa en la zona del pie afectada.
  • También pueden prescribirse antihistamínicos orales, según la gravedad, pero no antihistamínicos tópicos porque pueden ser fotosensibles.
  • Si la herida se sobreinfecta al cabo de los días, se prescribirá además un tratamiento antibiótico oral.
  • Para la prevención de las cicatrices hipertróficas o queloides que puedan quedar como secuelas cicatriciales de la picadura, se aconseja utilizar apósitos de silicona, aplicados unas 10 horas y durante un par meses como mínimo.

Por último recordarte que tengas especial cuidado este verano, a la hora del baño en el mar si existen medusas y que evites pisarlas en la orilla de la playa, así como que prestes especial atención por donde caminas descalzo al pasear en esta zona.
¡Disfruta de tus vacaciones!

@SSanjuán

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