La salud general comienza desde abajo, literalmente. Nuestros pies, a menudo pasados por alto, desempeñan un papel esencial en nuestro bienestar cotidiano. Es aquí donde entra en juego el podólogo, un profesional de la salud con titulación universitaria específica, que posee competencias como:
- Autonomía para la recepción, diagnóstico y tratamiento de las afecciones de los pies del paciente.
- Facultad para emitir recetas médicas sujetas a prescripción.
Prevención
Los podólogos son expertos en el diagnóstico y tratamiento de las diversas alteraciones relacionadas con el pie, tobillos y estructuras asociadas. Su enfoque preventivo es fundamental para abordar problemas antes de que se conviertan en afecciones más graves. Desde la evaluación de la pisada hasta la detección temprana de deformidades, estos profesionales de la salud desempeñan un papel crucial en la prevención de problemas que podrían afectar negativamente la movilidad y la calidad de vida de las personas.
Otro aspecto que aportan los especialistas del pie es la educación para la salud y consejos podológicos. En las consultas, aportan su experiencia a los pacientes adultos y prestan especial atención a las posibles afecciones de la población infantil, adolescente y de riesgo, como a las personas diabéticas.
Algunos tipos de Podología
Como ocurre en la mayoría de ámbitos sanitarios, en la Podología existen distintos tipos de especialidades. Algunas de ellas son:
- Podología física: el podólogo valora, estudia y aplica terapias físicas como la electroestimulación, laserterapia, ultrasonidos, magnetoterapia o crioterapia, entre otros. Además, puede emplear vendajes funcionales o neuromusculares para el tratamiento de patologías agudas y crónicas del pie, así como técnicas para la mejora de la fisiología de los tejidos en cuadros clínicos como el edema o la tumefacción (acumulación anormal de líquidos).
- Podología deportiva: en esta especialidad, el podólogo aplica los conocimientos biomecánicos, físicos, cinéticos, etc. para mejorar el rendimiento deportivo. También promueve la prevención y aplica tratamientos a las lesiones podológicas de los deportistas.
- Biomecánica: se trata del estudio y exploración de los patrones biomecánicos de la marcha donde el podólogo realiza un análisis de las presiones plantares y valora la huella del pie.
- Ortesiología: el podólogo diseña y adapta soportes plantares, como las plantillas, que mejoran la distribución del peso corporal y favorecen el buen funcionamiento del pie, así como ortesis de silicona a medida para las deformidades de los dedos.
- Pie de riesgo: para aquellos que sufren de condiciones crónicas como el pie Pie Diabético o el Pie Isquémico, la atención especializada de un podólogo es esencial. Esta patología puede tener efectos perjudiciales en los pies, aumentando el riesgo de infecciones y otras complicaciones. Un podólogo puede realizar evaluaciones regulares, ofrecer consejos de cuidado personalizado y abordar cualquier problema emergente mediante protocolos específicos basados en la experiencia clínica, la formación y la continua actualización en esta área.
- Quiropodología: esta es una de las ramas más conocidas y que más aplica el podólogo en su función diaria. Consiste en el tratamiento de lesiones de la piel como la hiperqueratosis o helomas, afecciones de la uña, verrugas plantares, quistes, hongos (micosis) e incluso deformidades congénitas o adquiridas como los juanetes (Hallux abductus valgus), dedos en garra o uña incarnata.
- Cirugía podológica: en situaciones donde se requiere intervención quirúrgica, el podólogo también juega un papel crucial. Desde procedimientos para corregir deformidades hasta cirugías reconstructivas, estos profesionales poseen la experiencia necesaria para abordar problemas más complejos y mejorar la calidad de vida de sus pacientes.
Desde el Ilustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía te recordamos que unos pies saludables contribuyen significativamente al bienestar general. El podólogo no solo trata condiciones específicas, sino que también educa a los pacientes sobre prácticas de cuidado preventivo y cambios en el estilo de vida que pueden mejorar la salud de sus pies.