Es verano. Llegas a casa después de un largo día y lo primero que haces es quitarte los zapatos. Notas la planta caliente, con algo de escozor por la fricción de las sandalias, y el talón seco. Pero todo eso se te olvida en el momento en el que posas la planta sobre el suelo de tu hogar, que está fresco y te resulta muy agradable. Decides no ir a por las zapatillas de andar por casa y caminar descalzo. Pero, ¿es esto una práctica recomendada por los podólogos?
El Ilustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía reconoce los beneficios de caminar descalzo sobre superficies ligeramente irregulares, sin objetos punzantes o cortantes, como las zonas con hierba o las áreas húmedas de la playa, donde no haya conchas marinas ni se hunda demasiado la superficie. De este modo, se evitan las quemaduras de la arena caliente y las tensiones musculares que produce el sobreesfuerzo de enterrar y desenterrar el pie al andar.
Beneficios
Teniendo en cuenta estas recomendaciones preventivas, Podólogos de Andalucía destaca los siguiente beneficios de andar descalzo:
- Fortalece la masa muscular en el pie y la pierna.
- Al caminar descalzo, se activan los receptores sensoriales de la planta del pie, lo que mejora la capacidad de percepción y control del cuerpo en el espacio.
- Estimula la circulación sanguínea en los pies, un beneficio que puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar la salud vascular.
- En algunos ámbitos naturales, sentir la arena bajo los pies o el césped puede brindar una sensación de bienestar emocional y relajación, que también puede trasladarse a una mayor relajación muscular.
Los podólogos también destacan los beneficios de está práctica para los bebés y los niños pequeños, dado que les ayuda a mejorar su desarrollo psicomotriz, a fortalecer la musculatura y el sentido del equilibrio. Además, andar descalzo favorece el desarrollo del arco plantar en la infancia y permite una mayor estimulación sensorial. En definitiva, el contacto con el suelo facilita que los niños experimenten una amplia gama de sensaciones táctiles y contribuye al desarrollo de sus habilidades motoras y cognitivas.
Contraindicaciones
A pesar de sus beneficios, en determinados casos, caminar descalzo también tiene contraindicaciones. Por ejemplo, si se camina por lugares húmedos muy frecuentados por otras personas como las piscinas, se incrementan las probabilidades de contraer hongos.
Por otro lado, si se tienen cortes o heridas en los pies, es aconsejable llevar zapatillas o un calzado adecuado, dado que la exposición a los patógenos del suelo puede producir infecciones.
Desde el punto de vista de los podólogos, esta recomendación es imperativa para las personas diabéticas con úlceras en los pies y neuropatía diabética, debido a que su capacidad para sentir lesiones o daños en los pies se encuentra disminuida y esto incrementa el riesgo de sufrir heridas no detectadas y complicaciones graves.
Recuerda siempre tener en cuenta la seguridad y la higiene al andar descalzo, especialmente en entornos desconocidos o potencialmente peligrosos. Consulta con un podólogo si tienes alguna condición médica específica que pueda afectar a esta práctica.