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En el ámbito laboral, la integridad física es una prioridad indiscutible. Sin embargo, a menudo se pasa por alto una parte fundamental de nuestro cuerpo: los pies.  Éstos están expuestos a una amplia variedad de riesgos: desde condiciones ergonómicas adversas hasta el impacto de materiales muy pesados que pueden producir fisuras, roturas y otras patologías más graves.

Y es que todos los profesionales están expuestos durante su práctica diaria a diversos riesgos derivados de su actividad. Por este motivo, es importante que conozcan los factores que les pueden producir patologías y llevar a cabo todas aquellas medidas de prevención y seguridad que garanticen su salud podal y general. 

 

Condiciones adversas

Algunas patologías son más frecuentes que otras, y dependen del tipo de actividad que se realice. Aunque cada entorno laboral posee sus propias medidas de control y seguridad, hay ocasiones en las que nos encontramos en las consultas de Podología casos de:

  • Traumatismos por objetos pesados: las caídas de objetos o equipos pesados pueden causar lesiones graves en los pies, como fracturas o aplastamientos.
  • Lesiones por cortes y pinchazos: objetos afilados, herramientas o materiales cortantes presentes en el lugar de trabajo pueden producir cortes, perforaciones o laceraciones en los pies.
  • Resbalones y caídas: las superficies resbaladizas o mal mantenidas: aumentan el riesgo de resbalones y caídas, lo que puede provocar torceduras, esguinces o fracturas en los pies.
  • Exposición a productos químicos y agentes tóxicos: las sustancias químicas peligrosas pueden causar irritaciones en la piel, quemaduras o reacciones alérgicas en los pies si no se utilizan adecuadamente los equipos de protección.

En este sentido, el Ilustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía insiste en la necesidad de utilizar un calzado adecuado según la profesión y tarea que se esté realizando. En los casos de los profesionales más propensos a sufrir eventos adversos, como los sanitarios y profesionales de la construcción, el COPOAN señala la importancia de emplear calzado de seguridad, que forma parte del equipo de protección individual (EPI), y de seguir las normas de seguridad vigentes.

 

Lesiones y patologías frecuentes

Algunas de las patologías más comunes son:

  • Pie de atleta: se trata de una infección fúngica común que causa picazón, enrojecimiento y descamación entre los dedos de los pies, especialmente en entornos húmedos como vestuarios o áreas de trabajo con alta humedad.
  • Esguinces y torceduras: son lesiones comunes que pueden ocurrir al tropezar, caer o pisar superficies irregulares, lo que puede provocar dolor, hinchazón y dificultad para caminar.
  • Traumatismos, fisuras o roturas: ya sea por el uso de tacones durante un tiempo muy prolongado o por el impacto de algún objeto contundente, son lesiones graves que afectan directamente a los huesos de los pies y cuya recuperación es más larga y dolorosa.
  • Fascitis plantar: es la inflamación del tejido conectivo en la planta del pie, que puede causar dolor intenso en el talón y dificultad para caminar, especialmente después de períodos prolongados de pie o caminando en superficies duras.

 

Recomendaciones 

Para prevenir lesiones y enfermedades en los pies en el lugar de trabajo, es fundamental seguir buenas prácticas de seguridad y adoptar medidas preventivas. 

Por ejemplo:

  • Utilizar calzado adecuado: zapatos o botas que proporcionen soporte y protección para tus pies, especialmente si se trabaja en entornos peligrosos o con riesgo de caídas. Es importante que el calzado de seguridad sea de buena calidad, ya que si no lo es, puede conllevar problemas como infecciones (falta de transpiración), dolor plantar (suela demasiado rígida), callosidades en dedos o problemas ungueales (horma poco ancha).
  • Mantener las áreas de trabajo limpias y ordenadas: los buenos hábitos, como mantener el orden, reducen el riesgo de tropiezos y caídas.
  • Realizar pausas y estiramientos: para reducir la tensión muscular y prevenir lesiones por esfuerzo repetitivo.
  • Estar atento a los síntomas: atención a cualquier dolor, hinchazón, enrojecimiento o cambios en los pies y buscar atención médica si se experimenta algún síntoma preocupante.

Proteger nuestros pies en el lugar de trabajo es esencial para mantenernos seguros, saludables y productivos. Al adoptar buenas prácticas de seguridad, utilizar el calzado adecuado y estar atentos a los riesgos potenciales, se puede reducir el riesgo de lesiones y enfermedades del pie.

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