El cuidado adecuado de nuestros pies es fundamental para mantener una buena salud general y prevenir problemas que pueden afectar nuestra movilidad y calidad de vida. Sin embargo, en la era de la información accesible y las soluciones rápidas, muchas personas optan por realizar intervenciones caseras o acudir a lugares no especializados para tratar problemas en sus pies. Esta práctica, aunque puede parecer económica y conveniente, conlleva riesgos significativos que pueden tener consecuencias graves para la salud.
El pie es una estructura compleja compuesta por huesos, músculos, ligamentos, nervios y vasos sanguíneos. Y es que los problemas en las extremidades inferiores, como callosidades, uñas incarnatas, verrugas plantares, hongos o heridas, pueden ser síntomas de condiciones subyacentes más serias. En este sentido, los podólogos están capacitados para realizar diagnósticos precisos y detectar cualquier problema que pueda requerir atención especializada. Al optar por tratamientos caseros existe un alto riesgo de no identificar correctamente la causa del problema, lo que puede llevar a complicaciones a largo plazo.
Si además se opta por acudir a lugares no especializados, se pueden producir situaciones de vulnerabilidad para el paciente, dado que éstos no garantizan la actividad legítima del profesional. Una de las preocupaciones más serias al realizar intervenciones en casa o en establecimientos no cualificados es el riesgo de infección. Cortar uñas incarnatas, manipular callosidades o heridas sin el equipo adecuado o en un entorno no estéril puede abrir la puerta a infecciones víricas o fúngicas, que pueden ser difíciles de tratar y, en casos severos, pueden requerir intervención quirúrgica o incluso poner en riesgo la extremidad.
Profesionales del pie
En contraste, los podólogos ejercen en una U.4, una unidad asistencial en la que este profesional sanitario es responsable de prestar cuidados específicos propios de su titulación, relacionados con la patología del pie.
Estas unidades cuentan con sello NICA, que valida, autoriza y registra un centro sanitario y se renueva cada cinco años. Además, tanto el espacio como los servicios del profesional colegiado en Podología, garantizan los derechos del paciente como el de la intimidad, el consentimiento informado, la confidencialidad de los datos personales y clínicos, el derecho a la información y la documentación clínica y a la participación ciudadana, entre otros.
Por otro lado, la Podología es una disciplina que requiere conocimientos profundos en:
- Anatomía
- Fisiología
- Biomecánica
- Patología del pie
- Farmacología
- Cirugía
Al contrario que otros profesionales, los podólogos están entrenados para evaluar la estructura y función del pie, así como para aplicar tratamientos que consideran el bienestar integral del paciente. En cambio, los tratamientos realizados en casa o en centros no especializados a menudo se basan en información incompleta o incorrecta, lo que puede agravar el problema en lugar de resolverlo.
Capacitación y experiencia
Las personas con patologías médicas como diabetes, problemas circulatorios, artritis o neuropatías deben ser especialmente cuidadosas con sus pies. Estas patologías aumentan el riesgo de complicaciones graves, como úlceras o gangrena, cuando se realizan procedimientos sin el cuidado adecuado. Los podólogos están capacitados para manejar estas situaciones con la delicadeza y el conocimiento necesarios, mientras que las intervenciones caseras o en lugares no especializados pueden resultar catastróficas.
Lo que puede parecer un ahorro a corto plazo al evitar una consulta con un especialista puede resultar en gastos mucho mayores a largo plazo. Las complicaciones derivadas de un tratamiento inadecuado pueden requerir múltiples visitas médicas, tratamientos costosos, o incluso cirugía. Además del costo económico o laboral, está el costo personal en términos de dolor, sufrimiento y tiempo de recuperación.
Proteger la salud de nuestros pies es proteger su movilidad y garantizar una mejor calidad de vida. Ante cualquier problema o molestia en tus pies, consulta a tu podólogo. Es un consejo del Ilustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía.