Con la llegada del otoño, los pies vuelven a exponerse a nuevas condiciones ambientales que pueden afectar a su salud. Desde el COPOAN no podemos no hacer hincapié en que el cuidado a tiempo en esta etapa del año es clave para evitar la aparición de problemas comunes y preparar los pies de cara a los meses fríos.
Algunos de los efectos más comunes en nuestros pies con la llegada del otoño, son los siguientes:
- Mayor riesgo de infecciones por hongos: El uso de calzado cerrado durante más horas del día aumenta la sudoración y la falta de ventilación, creando un ambiente perfecto para la aparición de micosis en piel y uñas.
- Sequedad y grietas: Tras el verano, la piel suele presentar sequedad y durezas. El aire más fresco y seco en otoño puede agravarlo si no se cuida la hidratación.
- Reaparición de molestias musculoesqueléticas: Al cambiar de superficies irregulares (playa, piscina, calzado abierto) a zapatos cerrados y más rígidos, pueden volver dolores relacionados con fascitis plantar, metatarsalgias o tendinitis.
- Problemas con el calzado: Los pies pueden haberse ensanchado o hinchado durante el verano. Volver al zapato cerrado sin una adaptación progresiva puede provocar rozaduras, uñas encarnadas o callos.
Para prevenir o minimizar estos problemas podales, os dejamos una serie de consejos para preparar los pies en otoño:
- Revisar el calzado: asegurarse de que se ajusta correctamente, que no está deformado y que los materiales permiten la transpiración.
- Mantener una higiene adecuada: secar bien los espacios entre los dedos para prevenir hongos.
- Hidratación diaria: aplicar crema específica para pies, con especial atención a talones y zonas secas.
- Realizar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento: ayudan a prevenir sobrecargas en el arco plantar y el tendón de Aquiles.
- Acudir al podólogo: una revisión antes del otoño permite tratar y detectar cualquier problema biomecánico que pueda agravarse con el uso de calzado cerrado.
El cambio de estación es una oportunidad para revisar la salud de los pies y adoptar rutinas de cuidado que eviten problemas durante los meses más fríos. Preparar los pies para el otoño es invertir en bienestar y prevenir complicaciones futuras.