La tendinitis aquilea es una de las lesiones más comunes que afecta al tendón de Aquiles, la estructura más grande y fuerte de nuestro cuerpo, que conecta los músculos de la pierna con el calcáneo. Aunque es frecuente entre los deportistas, especialmente aquellos que practican deportes de alto impacto como el fútbol, el baloncesto o el atletismo, también puede afectar a personas que no realizan ejercicio de forma intensa debido a factores como el envejecimiento o el sedentarismo.
Desde el llustre Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía ofrecemos una guía para la prevención de esta lesión, a fin de proteger tu tendón y evitar complicaciones que puedan afectar tu movilidad y calidad de vida.
La tendinitis aquilea se refiere a la inflamación o irritación del tendón de Aquiles, que ocurre debido a un uso excesivo o un esfuerzo repetitivo. Las causas más comunes incluyen sobrecarga de trabajo, cambios bruscos en la actividad física, calzado inapropiado y falta de flexibilidad muscular. Si no se trata a tiempo, la tendinitis puede llevar a la ruptura del tendón, una lesión grave que requiere cirugía.
Prevención
- Realiza un calentamiento adecuado
Antes de realizar cualquier actividad física es fundamental calentar correctamente los músculos y tendones. Un calentamiento adecuado aumenta la circulación sanguínea, mejora la flexibilidad y reduce el riesgo de lesiones. El calentamiento debe incluir estiramientos suaves de la pantorrilla y ejercicios de movilidad para el tobillo.
2. Fortalece los músculos de la pantorrilla
La debilidad en los músculos de la pantorrilla puede aumentar la carga en el tendón de Aquiles. Es importante incorporar ejercicios de fortalecimiento para este grupo muscular, como elevaciones de talones o ejercicios en las escaleras. Esto ayudará a reducir el estrés sobre el tendón y mejorar su capacidad para soportar esfuerzos.
3. Estira correctamente después de la actividad física
El estiramiento post-ejercicio es esencial para mantener la flexibilidad de los músculos y tendones. Al terminar una actividad física, dedica unos minutos a estirar los músculos de la pantorrilla y los tobillos. Esto ayudará a reducir la rigidez y prevenir lesiones, como la tendinitis aquilea.
- Usa calzado adecuado
El calzado juega un papel fundamental en la prevención de lesiones en los pies y tendones. Emplea zapatos que ofrezcan buen soporte y amortiguación,especialmente, si practicas deportes de impacto. Evita el uso de calzado que estédesgastado o que no brinde suficiente apoyo, ya que puede afectar la biomecánica del pie y aumentar la presión sobre el tendón de Aquiles.
5.Evita los cambios bruscos en la actividad física
Es importante no sobrecargar el tendón de Aquiles con aumentos abruptos en la intensidad o la duración del ejercicio. Si se practica un deporte o actividad física, se debe incrementar gradualmente la potencia de los entrenamientos para permitir que tu tendón se adapte al esfuerzo. También es recomendable descansar y permitir una recuperación adecuada entre sesiones de ejercicio.
- Mantén un peso saludable
El exceso de grasa corporal pone más tensión sobre las articulaciones y los tendones, incluido el tendón de Aquiles. Mantener un peso saludable no solo es beneficioso para la prevención de la tendinitis, sino que también contribuye a la salud general de los pies y piernas. Una dieta equilibrada y la actividad física regular son claves para controlar este factor y reducir la carga sobre los tendones.
- Consulta con un podólogo ante cualquier síntoma
Si hay dolor, hinchazón o rigidez en el tendón de Aquiles, es fundamental consultar a un podólogo, que es el especialista indicado para evaluar la causa del dolor y recomendarte el tratamiento adecuado. La intervención temprana puede prevenir que la lesión empeore y garantizar una recuperación más rápida y efectiva.
Clave para lograr bienestar
La prevención de la tendinitis aquilea se basa en adoptar hábitos saludables y cuidar de los pies y piernas de manera integral. Realizar un calentamiento adecuado, fortalecer los músculos de la pantorrilla, usar el calzado correcto y evitar esfuerzos excesivos son prácticas esenciales para proteger el tendón de Aquiles. Además, si hay dolor o molestias, se debe consultar a un podólogo para obtener orientación profesional y evitar complicaciones a largo plazo.
Recuerda que la prevención es clave para mantener una vida activa y libre de dolor.