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Infecciones podológicas más frecuentes en piscinas

Jul 30, 2025Blog

Con la llegada del buen tiempo, las piscinas se convierten en uno de los espacios más frecuentados para disfrutar del ocio y el deporte. Sin embargo, la humedad y el calor que se concentran en estos entornos son un caldo de cultivo para determinadas infecciones que afectan con frecuencia a los pies.

Desde el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía, queremos ayudarte a identificar las más comunes y a prevenir su aparición:

Onicomicosis

La onicomicosis es una infección fúngica que afecta a las uñas, especialmente de los pies. Los síntomas más habituales son el cambio de color (amarillento, blanquecino o marrón), engrosamiento, mal olor y fragilidad de la uña. Aunque en sus primeras fases puede parecer un problema estético, si no se trata a tiempo puede extenderse, dificultar el corte de la uña y causar dolor al caminar o calzarse.

Pie de atleta

Se trata de una infección también causada por hongos que afecta a la piel, en especial a los espacios interdigitales (entre los dedos). Provoca picor intenso, enrojecimiento, descamación, grietas e incluso la aparición de vesículas. El uso prolongado de calzado cerrado o la permanencia con los pies húmedos favorecen su aparición. Es especialmente común en personas que caminan descalzas por zonas húmedas en zonas comunes, como duchas, vestuarios o bordes de piscina.

Papilomas

Los papilomas son verrugas en la planta del pie provocadas por el virus del papiloma humano (VPH) que se manifiestan como pequeños bultos, muchas veces con puntos negros en su interior. A diferencia de los callos, los papilomas crecen rápidamente y duelen al pellizco lateral, contagiándose con facilidad al andar descalzo en zonas húmedas. En ocasiones, pueden pasar desapercibidos al principio, por lo que es fundamental estar atento a cualquier cambio en la planta del pie.

 

Cómo prevenir estos problemas

Evitar este tipo de infecciones está en nuestra mano si adoptamos algunas medidas básicas de prevención:

  • Utilizar chanclas en vestuarios, duchas y zonas comunes de piscinas.
  • Secar bien los pies después de cada baño, especialmente entre los dedos.
  • No compartir toallas ni calzado.
  • Lavar bien los pies con jabón antiséptico.
  • Acudir al podólogo ante los primeros signos de infección.

Cuidar la salud de tus pies también es importante todo el año y también en verano. Si notas alguna alteración en tus uñas o en la piel de tus pies, no lo dejes pasar. Consulta con tu podólogo de confianza y acude a revisión periódicamente, aunque no tengas ningún síntoma.

 

 

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