Al elegir la zona de playa por la que andar descalzo, es mejor caminar por la orilla del mar donde la arena es más consistente y habrá menos hundimiento del pie por lo que disminuirá la tensión muscular y la inestabilidad. Sin embargo, las playas no son completamente planas y desequilibran el cuerpo al caminar forzando las articulaciones, soportando más peso en una de las piernas y doblando los tobillos.
Piscinas comunitarias, hongos y verrugas plantares
Por otro lado, en verano también aumenta la asistencia a piscinas. En este sentido, el contagio de hongos y verrugas plantares es uno de los principales peligros de las zonas húmedas como piscinas comunitarias. Para evitarlo, es aconsejable proteger los pies, especialmente en los niños, con escarpines en la zona de baño o con chanclas en los espacios comunes.
“Los síntomas más comunes de padecer hongos en los pies, son por lo general, gran picor entre los dedos, fundamentalmente los centrales, así como enrojecimiento de la piel, descamación de la misma, grietas en ocasiones, que pueden desplazarse a todo el pie incluidas las uñas”, explica Jorge Barnés.
En cuanto a los papilomas o verrugas plantares, es importante acudir al podólogo ante cualquier duda ya que el paciente puede confundirlos con callosidad. Sus principales síntomas son el dolor al pellizcar y no a la presión, pueden rodearse de un halo blanquecino y es muy frecuente la presencia de un punteado negruzco.
Otros consejos del Colegio andaluz para el cuidado de los pies en verano se centran protección solar, a veces muy olvidada en las extremidades inferiores, en utilizar un calzado ancho con suela amortiguadora, que será más cómodo debido a la hinchazón por altas temperaturas, zapatos transpirables para evitar la sudoración excesiva y moderar el uso de esmalte de uñas.
El principal consejo es consultar al podólogo ante cualquier síntoma, molestia o duda.